Toda
práctica de enseñanza literaria debe estar centrada en los
aspectos de la comprensión lectora, en tanto apropiación de un
objeto simbólico, y asumir que la literatura es una práctica
estética compleja, es decir un objeto artístico con características
específicas que lo constituyen como tal.
No
si trabaja el mismo texto literario en la clase, tenemos que
aplicarles textos diferentes. La necesidad de una constante
actualización de saberes escolares sobre la literatura a partir de
los paradigmas del conocimiento académicos, procesos de
actualización que no estarían desgajados de sus respectivos
contextos histórico-culturales. Esta situación de ausencia de un
saber posible sobre la literatura y de caída en desprestigio de
saberes anteriores exige intentar un nuevo recorrido que no iría de
las teorías a las prácticas, es decir, de los saberes académicos
legitimados a las prácticas escolares sino desde las necesidades de
la práctica a la búsqueda de marcos de referencia en el campo
teórico.
La
elección del texto debe ser libre, con un menú adecuado y
coherente, un tiempo de experimentación física, con incentivo para
curiosidad, determinación y una orientación de la diversidad. Sin
duda, diferentes textos para diferentes lectores.
La
preparación anterior de la introducción de textos literarios debe
caracterizarse por la conversación, una organización en grupos
pequeños, con una orientación de tareas previas cómo; ¿Quién es el autor?, ¿Qué
estoy leyendo? , ¿Dé qué si trata y cómo si cuenta?, hacer una muestra gratis,
contar a los alumnos la historia como un chisme instigándolos.
Introducir
la literatura extranjera en la enseñanza de E/ELE es difícil pero no
imposible. Sólo tenemos que despertar el interese en la clase.
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